martes, 29 de octubre de 2024

Sifra y Pua

“15 El rey de Egipto ordenó a las parteras hebreas –una se llamaba Séfora y otra Fuá–: 16 –Cuando asistan a las hebreas en el parto y les llegue el momento de dar a luz, si es niño lo matarán, si es niña la dejarán con vida. 17 Pero las parteras respetaban a Dios, y en vez de hacer lo que les mandaba el rey de Egipto dejaban con vida a los recién nacidos. 18 El rey de Egipto llamó a las parteras y las interrogó: –¿Por qué obran así y dejan con vida a las criaturas? 19 Contestaron al faraón: –Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias: son robustas y dan a luz antes de que lleguen las parteras. 20 Dios premió a las parteras: el pueblo crecía y se hacía muy fuerte, 21 y a ellas, como respetaban a Dios, también les dio familia. 22 Entonces, el faraón ordenó a todos sus hombres: –Cuando les nazca un niño, deben arrojarlo al Nilo; si es niña, déjenla con vida.” (Éxodo 1,15-22)



En contraste con muchas enseñanzas actuales que alientan a las mujeres a adoptar una actitud retraída o tratar de preservar la paz a toda costa, estas mujeres desafiaron los malvados dictados de un gobernante terrenal. Desafiando a la más alta institución política de su época, estas mujeres arriesgaron sus vidas para obedecer a Dios. ¿Es de extrañar, entonces, que el Dios de Israel bendiga a estas mujeres no sólo con descendencia, sino con una posición destacada en la historia de la salvación? Su acto de valentía preparó el escenario para el desarrollo del resto de Éxodo.


Sin embargo, a pesar de las recompensas obvias de seguir los caminos de Dios, incluso cuando implican un riesgo considerable, ¿cuántos de nosotros elegimos constantemente el camino de menor resistencia? Evitamos las confrontaciones porque “No queremos ofender a la gente”. Ciertamente nunca nos rebelaríamos contra ningún tipo de autoridad. La suposición tácita es que las mujeres should preservar la paz a toda costa. Sin embargo, podemos argumentar que:

Si [las mujeres] se conforman con el quietismo anormal como una forma de evitar el riesgo y el aislamiento potencial que puede resultar de oponerse al mal... están pecando con tanta seguridad como el hombre que pisotea las relaciones para afirmar su libertad individual. Porque “paz”, en el sentido bíblico, no consiste en “paz a cualquier precio”. es más bien el Shalom en el que todas las cosas están en el lugar que les corresponde, ordenado por la creación. Y a la luz de la Caída, la distorsión de Shalom —incluyendo la que existe entre hombres y mujeres— exige un rechazo profético a decir “Paz, paz cuando no hay paz” y la voluntad de hacer los cambios necesarios para restaurar la verdadera Shalom.






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