Es un susurro en la tormenta, un refugio en la angustia, una caricia en la herida...
Su amor no impone, acoge.
No exige, entrega.
No castiga, consuela.
Es la ternura que no se agota, el abrazo que todo lo sana, la mirada que entiende sin palabras.
Está en la lágrima del que sufre, en la oración del que clama, en la fe del que espera.
Madre de todos, madre del silencio y de la esperanza.
Su cariño no conoce límites,
porque su amor es el eco del amor de Dios.
Madre María ,refugio en la tormenta, consuelo en el dolor ,que nunca abandona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario